Hijo de Tito Carisio, se ganó la confianza de César Augusto en las guerras civiles, que lo nombra legado de Lusitania ejerciendo este cargo entre el año 26 a. C. y el 22 a.C.
Su intervención en las Guerras Cántabras fue decisiva para la derrota de los Astures en Lancia y en la posterior conquista de la Asturias Transmontana.
Carisio estuvo al mando de un ejército formado por tres legiones:
la Legio V Alaudae, la Legio VI Victrix y la Legio X Gemina, junto a un número indeterminado de unidades auxiliares.